Dentro del campo de la musicoterapia existen cuatro métodos principales usados en el abordaje terapéutico, método recreativo, método receptivo, método de improvisación, método composición.
Método recreativo:
En las
experiencias recreativas el paciente aprende o ejecuta música vocal o
instrumental compuesta previamente o reproduce cualquier forma musical que se presenta
como modelo. También se incluyen actividades musicales estructuradas y juegos
en donde el paciente adopta roles de comportamiento definidos.
Objetivos terapeutico: Mejorar la atención y la orientación en la realidad; desarrollar habilidades en la memoria;desarrollar habilidades para interpretar y
comunicar ideas y pensamientos; Mejorar las habilidades de interacción y
grupales.
Método improvisación:
El paciente crea
música al cantar o tocar un instrumento creando espontáneamente la melodía, el
ritmo la canción o la pieza musical. El paciente puede improvisar solo en dúo o
en grupo.
Objetivos terapeutico: Establecer un canal no verbal de comunicación y
un puente a la comunicación verbal; Proveer un medio satisfactorio de autoexpresión y
conformación de identidad; Explorar varios aspectos del yo en relación con
los otros.
Método receptivo:
El paciente
escucha música y responde a la experiencia en forma silenciosa, en forma verbal
o en alguna otra forma. La música usada puede ser grabada, en vivo o improvisada.
Objetivos terapéuticos: Promover la receptividad; estimular o relajar a la persona; Evocar estados y experiencias receptivas.
Método composición:
El terapeuta ayuda al paciente a
escribir canciones, letras o piezas instrumentales o a crear algún tipo de
producto musical.
Objetivos terapéuticos: Desarrollar
habilidades organizacionales y de planificación; fomentar
la autorresponsabilidad; promover
la exploración de temas terapéuticos a través de las letras.
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